El
cumpleaños de Delfina concluyo entre risas y anécdotas. Y después de un largo
viaje, esta vez con Pedro al volante, estaban en Mármol. Salir con Anna tan
chiquita, los cansaba, y esta no había sido la excepción. Sus planes para
finalizar el día? Un baño relajante y a la cama. Pero las cosas no siempre son
tan simples como uno las supone. El celular de Pedro no dejaba de sonar, tras
la insistencia, Paula le pide por favor que atienda evitando así que Annita se
despierte.
La
llamada era de esas que uno nunca espera. La pantalla indicaba que quien
insistía era nada mas ni nada menos que el Chato, y no se necesita ser muy
inteligente para concluir que necesitaba de Pedro. Dicho y hecho, lo cito en
Ideas el lunes por la mañana para diseñar juntos un nuevo formato de reality.
Paula:
Mi amor, quien era?
Con
tono de pocos amigos Pedro respondio- El chato. Me necesita mañana temprano en
Ideas. Justo mañana, que vos tenés esa campaña tan importante. Sabia que se nos
iba a empezar a complicar cuando los dos estemos full time dedicados al
trabajo. Le consulte si no podía ser en otro horario, pero parece que es
urgente…
Paula:
Bueno gordo, pero ya lo hablamos. Estaba en los planes, yo me ocupo de Anna,
despreocúpate. Va a salir todo bien. – Su tono de voz era alentador, se
mostraba confiada, segura. Pero internamente sentía cierta inseguridad por la
situación mas que nada. Pero todas las madres pueden porque ella no?
Pedro:
Ya entendí eso de que la beba tiene que estar con vos, que la tenés que amantar
y bla bla.. Pero es diferente Pau, si te pasa algo, nose, la beba esta
incordiosa yo no voy a estar ahí.
Paula:
No paso nada aun Pedro, no seas tan negativo, porque me predispones mal a
enfrentar la situación, yo voy a poder, como cualquier mujer.
Pedro
la miraba sorprendido, no podía evitar sentirse orgulloso de ella. Esa
seguridad que trasmitía hacia que el se sienta seguro: Como me gusta esta Paula
mamá, eh! dormimos?
Paula:
Si, mañana va a ser un día largo, abrázame. Buenas noches amor!
Pedro:
Buenas noches reina.
El despertador
sonó a las 6 am, era temprano, Pau se había despertado a la media noche a
alimentar a la beba. El día estaba gris. La tormenta se aproximaba. Pero no
quedaba otra que salir camino a Capital. No solo se encargo de armar el
desayuno para ellos dos, sino que también preparo las cosas de Anna.
Pedro:
Que lindas están las dos!
Paula:
Viste lo lindo que le queda ese vestido? Vestirla de blanco me inspira paz.
Igual le llevo varias mudas por las dudas. Y yo vuelvo al ruedo amor, soy
modelo, vivo de mi imagen, y tengo que estar acorde.
Pedro:
Me parece perfecto, realmente se te ve muy bien. Tus ojos hablan, siempre lo
hicieron, pero se te nota feliz.
Paula
mientras se dirigía a su camioneta, le respondió : Estoy feliz! Que bueno que
pueda transmitirlo.
Pedro:
Vamos en la camioneta?
Paula:
Viajemos separados amor, así ni bien me desocupo me vuelvo para acá. Mira la
tormenta que hay.. Cuanto más temprano regrese, mejor. Vos porque decís de
viajar juntos?
Pedro:
Me siento mas seguro si manejo yo. Nose… las acompaño un rato más. Además
me da miedo que vuelvas sola con la gorda y lloviendo. Alla me dejas en ideas y
te la quedas vos, no te parece mejor plan?
Paula:
Es que…
Pedro:
Dale, hagamos asi gorda, es un ratito mas con ustedes, cuando terminan se van
al departamento y yo las encuentro ahí. Si es temprano, compro algo rico,
merendamos ahí y regresamos!
Paula:
Bueno esta bien, solo por está vez. Lo de Anna esta todo listo, subí una muda
tuya por las dudas que se haga tarde y optemos por quedarnos en capital.
Pedro:
Que haces Pau? Vas a llevar a Moro también a la producción de fotos?
Paula:
Y si… que quéres que lo haga sino?
Pedro:
Lo dejamos en la casa de Papá, seguro ya está tomando mate.
Paula:
El me acompaño a todas las producciones cuando estaba sola, y embarazada
también. Tiene una conducta intachable, porque ahora voy a dejar de llevarlo?
Prefiero que venga con nosotras, además cuida de Anna. Si llora y yo no la
escucho el va a torear.
Mientras
tanto Moro miraba sin entender muy bien porque era que discutían, pero
totalmente preparado para subirse a la camioneta.
Así
fue, como emprendieron el viaje camino a Capital. Pedro sentía que Paula
exageraba una vez mas, llevando a Moro a todos lados. La eterna discusión. Ella
que no dejaba de considerarlo imprescindible. El, con usa visión contraria,
sentía que no era mas que una complicación. No solo cargaba con la beba y todas
sus cosas sino que también debería hacerse cargo del perro. Pero no era momento
para discutir. Llegando ya a Olleros, y tal como el pronóstico lo indicaba,
comenzó a llover… Tras un tierno saludo y una extensa charla que habilitaba a
Pedro a llamarlas varias veces, Paula se puso frente al volante. Moro dormía a
la par de Anna en el asiento trasero. La situación parecía estar controlada. Y
ella se sentía súper poderosa.
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